martes, febrero 28, 2017

Evangelio Febrero 28, 2017

Día litúrgico: Martes VIII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mc 10,28-31): En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús: «Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido». Jesús dijo: «Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno: ahora en el presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos y los últimos, primeros».

«Nadie que haya dejado casa (...) por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno (...) y en el mundo venidero, vida eterna»
Rev. D. Jordi SOTORRA i Garriga - (Sabadell, Barcelona, España)

Hoy, como aquel amo que iba cada mañana a la plaza a buscar trabajadores para su viña, el Señor busca discípulos, seguidores, amigos. Su llamada es universal. ¡Es una oferta fascinante! El Señor nos da confianza. Pero pone una condición para ser discípulos, condición que nos puede desanimar: hay que dejar «casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio» (Mc 10,29).

¿No hay contrapartida? ¿No habrá recompensa? ¿Esto aportará algún beneficio? Pedro, en nombre de los Apóstoles, recuerda al Maestro: «Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido» (Mc 10,28), como queriendo decir: ¿qué sacaremos de todo eso?

La promesa del Señor es generosa: «El ciento por uno: ahora en el presente (...) y en el mundo venidero, vida eterna» (Mc 10,30). Él no se deja ganar en generosidad. Pero añade: «Con persecuciones». Jesús es realista y no quiere engañar. Ser discípulo suyo, si lo somos de verdad, nos traerá dificultades, problemas. Pero Jesús considera las persecuciones y las dificultades como un premio, ya que nos ayudan a crecer, si las sabemos aceptar y vivir como una ocasión de ganar en madurez y en responsabilidad. Todo aquello que es motivo de sacrificio nos asemeja a Jesucristo que nos salva por su muerte en Cruz.

Siempre estamos a tiempo para revisar nuestra vida y acercarnos más a Jesucristo. Estos tiempos y todo tiempo nos permiten —por medio de la oración y de los sacramentos— averiguar si entre los discípulos que Él busca estamos nosotros, y veremos también cuál ha de ser nuestra respuesta a esta llamada. Al lado de respuestas radicales (como la de los Apóstoles) hay otras. Para muchos, dejar “casa, hermanos, hermanas, madre, padre...” significará dejar todo aquello que nos impida vivir en profundidad la amistad con Jesucristo y, como consecuencia, serle sus testigos ante el mundo. Y esto es urgente, ¿no te parece?
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Fuente: evangeli.net

Santoral Febrero 29


-Nota: Los años No bisiestos se celebra su memoria,
Febrero 28

-Beata Antonia de Florencia, Viuda Abadesa y Fundadora

-San Adriano, Confesor
-San Casimiro, Confesor
-San Jorge de Debeltus, el confesor, Obispo
-San Juan Barsanupio, Obispo de Damasco (Busco Estampa)
-San Juan Casian, el Romano
-San Germán de Dacia Pontica, Mártir
-San Gregorio de Narek
-San Hilario, Papa
-San Leo de Capodocia, Mártir (Busco Estampa)
-San Lupicino, Abad
-San Meletio de Kharkov y Akhtyr, Arzobispo (Busco Estampa)
-San Néstor, Obispo y Mártir
-San Román de Condat, Abad
-San Osvaldo de Worchester, Monje y Obispo
-San Silouan o Silvano, Hieromártir y Obispo
-San Teokteristo de Pelekete, Mártir y Abad

-Santa Emma de Inglaterra, Reina
-Santa Tarasia, Esposa

Santoral Febrero 28


-Beato Alejo Shohachi, Mártir de Unzen
-Beato Carlo Gnocchi, Presbítero y Fundador
-Beato Ciriaco María Sancha y Hervás, Cardenal
-Beato Daniel Alejo Brottier, Sacerdote, Presbítero
-Beato Damián Ichiyata, Mártir de Unzen
-Beato Dionisio Saiki Zenka, Mártir de Unzen
-Beato Gaspar Kisayemon, Mártir de Unzen
-Beato Gaspar Nagai, Mártir de Unzen
-Beato Juan Araki Kenshichi, Mártir de Unzen
-Beato Juan Kisaki Kyuhachi, Mártir de Unzen
-Beato Juan Heisaku, Mártir de Unzen
-Beato León Nakayama Sokan, Mártir de Unzen
-Beato Luis Shinzaburo, Mártir de Unzen
-Beato Luis Saiki Kizo, Mártir de Unzen
-Beato María Mine, Mártir de Unzen
-Beato Pablo Uchibori Sakuemon, Samurai y 15 compañeros Mártires de Unzen
-Beato Pablo Nakayama, Mártir de Unzen
-Beato Timoteo Trojanowski, Presbítero y Mártir
-Beato Tomás Shingoro, Mártir de Unzen
-Beato Tomás Kando Heiemon, Mártir de Unzen

-Institución del Monasterio de la Anunciación, Bethune, Francia (1519).

-San Alercio de Hierápolis, Mártir (Busco Estampa)

-San Basilio de Constantinopla, Monje
-San Cayo de Alejandría,
-San Cereal de Alejandría
-San Guillermo Firmato, Peregrino y Penitente
-San Justo de Roma,
-San Macario de Roma
-San Proterio de Alejandría, Patriarca
-San Púpulo de Alejandría,
-San Rufino de Roma,
-San Serapión de Alejandría,
-San Teófilo de Roma,

-Santa Cira o Cirana de Siria, Virgen y Reclusa (Agosto 3)
-Santa Cyranna de Tesalónica, Nuevamártir
-Santa Marana de Siria, Virgen y Reclusa (Agosto 3)
-Santa Marianna, Asceptica y Mártir

-Una multitud de Santos Sacerdotes, Diáconos y fieles de Alejandría (Busco Estampa)

-Nota: Los años No bisiestos se celebra su memoria, Febrero 28


-Beata Antonia de Florencia, Viuda Abadesa y Fundadora

-San Adriano, Confesor
-San Casimiro, Confesor
-San Jorge de Debeltus, el confesor, Obispo
-San Juan Barsanupio, Obispo de Damasco (Busco Estampa)
-San Juan Casian, el Romano
-San Germán de Dacia Pontica, Mártir
-San Gregorio de Narek
-San Hilario, Papa
-San Leo de Capodocia, Mártir (Busco Estampa)
-San Lupicino de Lyon, Abad (Marzo 21)
-San Meletio de Kharkov y Akhtyr, Arzobispo (Busco Estampa)
-San Néstor, Obispo y Mártir
-San Román de Condat, Abad
-San Osvaldo de Worchester, Monje y Obispo
-San Silouan o Silvano, Hieromártir y Obispo
-San Teokteristo de Pelekete, Mártir y Abad

-San Emma de Inglaterra, Reina
-Santa Tarasia, Esposa

Estampita y Oración del Venerable, Padre Julio María Matovelle Maldonado



Estampita y Oración por la Glorificación del Venerable,
Padre Julio María Matovelle Maldonado

lunes, febrero 27, 2017

Evangelio Febrero 27, 2017

Día litúrgico: Lunes VIII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mc 10,17-27): Un día que Jesús se ponía ya en camino, uno corrió a su encuentro y arrodillándose ante Él, le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia la vida eterna?». Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes falso testimonio, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre». Él, entonces, le dijo: «Maestro, todo eso lo he guardado desde mi juventud». Jesús, fijando en él su mirada, le amó y le dijo: «Una cosa te falta: anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; luego, ven y sígueme». Pero él, abatido por estas palabras, se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes.

Jesús, mirando a su alrededor, dice a sus discípulos: «¡Qué difícil es que los que tienen riquezas entren en el Reino de Dios!». Los discípulos quedaron sorprendidos al oírle estas palabras. Mas Jesús, tomando de nuevo la palabra, les dijo: «¡Hijos, qué difícil es entrar en el Reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de la aguja, que el que un rico entre en el Reino de Dios». Pero ellos se asombraban aún más y se decían unos a otros: «Y ¿quién se podrá salvar?». Jesús, mirándolos fijamente, dice: «Para los hombres, imposible; pero no para Dios, porque todo es posible para Dios».


«Anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres (...); luego, ven y sígueme»
P. Joaquim PETIT Llimona, L.C. - (Barcelona, España)

Hoy, la liturgia nos presenta un evangelio ante el cual es difícil permanecer indiferente si se afronta con sinceridad de corazón.

Nadie puede dudar de las buenas intenciones de aquel joven que se acercó a Jesucristo para hacerle una pregunta: «Maestro bueno: ¿qué he de hacer para tener en herencia la vida eterna?» (Mc 10,17). Por lo que nos refiere san Marcos, está claro que en ese corazón había necesidad de algo más, pues es fácil suponer que —como buen israelita— conocía muy bien lo que la Ley decía al respecto, pero en su interior había una inquietud, una necesidad de ir más allá y, por eso, interpela a Jesús.

En nuestra vida cristiana tenemos que aprender a superar esa visión que reduce la fe a una cuestión de mero cumplimiento. Nuestra fe es mucho más. Es una adhesión de corazón a Alguien, que es Dios. Cuando ponemos el corazón en algo, ponemos también la vida y, en el caso de la fe, superamos entonces el conformismo que parece hoy atenazar la existencia de tantos creyentes. Quien ama no se conforma con dar cualquier cosa. Quien ama busca una relación personal, cercana, aprovecha los detalles y sabe descubrir en todo una ocasión para crecer en el amor. Quien ama se da.

En realidad, la respuesta de Jesús a la pregunta del joven es una puerta abierta a esa donación total por amor: «Anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres (…); luego, ven y sígueme» (Mc 10,21). No es un dejar porque sí; es un dejar que es darse y es un darse que es expresión genuina del amor. Abramos, pues, nuestro corazón a ese amor-donación. Vivamos nuestra relación con Dios en esa clave. Orar, servir, trabajar, superarse, sacrificarse... todo son caminos de donación y, por tanto, caminos de amor. Que el Señor encuentre en nosotros no sólo un corazón sincero, sino también un corazón generoso y abierto a las exigencias del amor. Porque —en palabras de san Juan Pablo II— «el amor que viene de Dios, amor tierno y esponsal, es fuente de exigencias profundas y radicales».
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Fuente: evangeli.net

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Calendarios 2017

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Santoral Febrero 27


-Beata Francisca Ana de la Dolorosa Cirer Carboneli, Fundadora
-Beata María de la Caridad del Espíritu Santo Brader, Fundadora
-Beata María de Jesús Deluil-Martiny, Fundadora

-Beato Emmanuel de Cremona, Obispo
-Beato Guillermo Richardson, Presbítero y Mártir
-Beato José Tous y Soler, Presbítero y Fundador (Mayo 27)
-Beato Marcos Barkworth, Presbítero y Mártir (Busco Estampa)
-Beato Roger Filcock, Presbítero y Mártir
-Beato Santiago de Valois, Mercedario

-Nuestra Señora de la Luz, Lisboa, Portugal, y Palermo, Italia (Siglo 18).

-San Abundio Roma,
-San Alejandro de Roma,
-San Antígono Roma,
-San Alnoto de Stowe, Abad y Mártir
-San Baldomero de Lyon, Monje Subdiácono
-San Basilio de Constantinopla, Monje
-San Besa de Alejandría, Mártir (Busco Estampa)
-San Esteban de Constantinopla, Oficial corte del emperador Mauricio (Busco Estampa)
-San Euno de Alejandría, Mártir (Busco Estampa)
-San Fortunato Roma,
-San Gabriel Possenti
-San Gabriel de la Dolorosa, Religioso Pasionista
-San Gelasio, Comediante (Busco Estampa)
-San Gregorio de Narek, Doctor de la Iglesia Armenia
-San Hipólito
-San Honorio, Mártir (Busco Estampa)
-San Juan de Gorze, Abad
-San Julián de Alejandría, Mártir (Busco Estampa)
-San Lucas de Mesina, Abad y Monje
-San Procopio Decapolita, Monje
-San Talaleo, Anacoreta

-Santa Ana Line, Viuda y compañeros Mártires
-Santa Honorina de Graville, Virgen y Mártir

Calendario Anual de Flores 2017

Calendario Anual de Flores 2017

Calendario Mensual de Flores 2017













Calendario Mensual de Flores 2017

domingo, febrero 26, 2017

Evangelio Febrero 26, 2017

Día litúrgico: Domingo VIII (A) del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mt 6,24-34): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero.

»Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas? Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida?

»Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos. Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe? No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos? Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura. Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal».


«No andéis preocupados por vuestra vida»
Rev. P. Floyd L. McCOY Jordán - (Hormigueros, Puerto Rico)

Hoy, Jesús, recurriendo a metáforas tomadas de la naturaleza propias de su entorno en las más fértiles tierras de Galilea donde pasó su niñez y su adolescencia —los lirios del campo y los pájaros del cielo— nos recuerda que Dios Padre es providente y que, si vela por las creaturas suyas más débiles, tanto más lo hará por los seres humanos, sus creaturas predilectas (cf. Mt 6,26.30). 

El texto de Mateo es de un carácter alegre y optimista, donde encontramos un Hijo muy orgulloso de su Padre porque éste es providente y vela constantemente por el bienestar de su creación. Ese optimismo de Jesús no solamente debe ser el nuestro para que nos mantengamos firmes en la esperanza —«No andéis preocupados» (Mt 6,31)— cuando surgen las situaciones duras en nuestras vidas. También debe ser un incentivo para que nosotros seamos providentes en un mundo que necesita vivir lo que es la verdadera caridad, o sea, la puesta del amor en acción.

Por lo general, se nos dice que tenemos que ser los pies, las manos, los ojos, los oídos, la boca de Jesús en medio del mundo, pero, en el sentido de la caridad, la situación es todavía más profunda: tenemos que ser eso mismo, pero del Padre providente de los cielos. Los seres humanos estamos llamados a hacer realidad esa Providencia de Dios, siendo sensibles y acudiendo en auxilio de los más necesitados.

En palabras de Benedicto XVI, «los hombres destinatarios del amor de Dios, se convierten en sujetos de caridad, llamados a hacerse ellos mismos instrumentos de la gracia para difundir la caridad de Dios y para tejer redes de caridad». Pero también nos recordó el Santo Padre que la caridad tiene que ir acompañada de la Verdad que es Cristo, para que no se convierta en un mero acto de filantropía, desnudo de todo el sentido espiritual cristiano, propio de los que viven según nos enseñó el Maestro.
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Fuente: evangeli.net

Santoral Febrero 26


-Beato León de Saint-Bertin, Abad
-Beato Roberto Drury, Presbítero y Mártir

-Nuestra Señora de los Campos, Paris, Francia, consagrada por San Denis (250).

-San Alejandro de Alejandría, Patriarca
-San Agrícola de Nevers, Obispo (Busco Estampa)
-San Andrés de Florencia, Obispo (Busco Estampa)
-San Auspicio de Toul, Obispo
-San Conon de Perga, Mártir (Busco Estampa)
-San Claudiano de Perga, Mártir (Busco Estampa)
-San Dionicio de Augusta, Obispo
-San Dioscoro de Perga, Mártir (Busco Estampa)
-San Hilario de Magonza, Obispo
-San Faustiniano de Bolonia, Obispo
-San Félix, con otros 28 Mártires
-San Fortunato, con otros 28 Mártires
-San Leandro de Sevilla, Obispo (Marzo 13)
-San Nestor de Perga, Obispo y Mártir (Busco Estampa)
-San Papías de Perga, Mártir (Busco Estampa)
-San Porfirio de Gaza, Anacoreta y Obispo
-San Víctor de Arcis-sur-Aube, Eremita Confesor (Busco Estampa)

-Santa Edigna de Puch, Virgen Dendrita, Reclusa

-Santa Fotina o Svetlana, samaritana convertida por Nuestro Señor (Marzo 20)
-Santa Matilde de Spanheím, Virgen y Abadesa

sábado, febrero 25, 2017

Evangelio Febrero 25, 2017

Día litúrgico: Sábado VII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mc 10,13-16): En aquel tiempo, algunos presentaban a Jesús unos niños para que los tocara; pero los discípulos les reñían. Mas Jesús, al ver esto, se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios. Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él». Y abrazaba a los niños, y los bendecía poniendo las manos sobre ellos.

«Dejad que los niños vengan a mí»
Rev. D. Josep Lluís SOCÍAS i Bruguera - (Badalona, Barcelona, España)

Hoy, los niños son noticia. Más que nunca, los niños tienen mucho que decir, a pesar de que la palabra “niño” significa “el que no habla”. Lo vemos en los medios tecnológicos: ellos son capaces de ponerlos en marcha, de usarlos e, incluso, de enseñar a los adultos su correcta utilización. Ya decía un articulista que, «a pesar de que los niños no hablan, no es signo de que no piensen».

En el fragmento del Evangelio de Marcos encontramos varias consideraciones. «Algunos presentaban a Jesús unos niños para que los tocara; pero los discípulos les reñían» (Mc 10,13). Pero el Señor, a quien en el Evangelio leído en los últimos días le hemos visto hacerse todo para todos, con mayor motivo se hace con los niños. Así, «al ver esto, se enfadó y les dijo: ‘No se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios’» (Mc 10,14).

La caridad es ordenada: comienza por el más necesitado. ¿Quién hay, pues, más necesitado, más “pobre”, que un niño? Todo el mundo tiene derecho a acercarse a Jesús; el niño es uno de los primeros que ha de gozar de este derecho: «Dejad que los niños vengan a mí» (Mc 10,14).

Pero notemos que, al acoger a los más necesitados, los primeros beneficiados somos nosotros mismos. Por esto, el Maestro advierte: «Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él» (Mc 10,15). Y, correspondiendo al talante sencillo y abierto de los niños, Él los «abrazaba (...), y los bendecía poniendo las manos sobre ellos» (Mc 10,16).

Hay que aprender el arte de acoger el Reino de Dios. Quien es como un niño —como los antiguos “pobres de Yahvé”— percibe fácilmente que todo es don, todo es una gracia. Y, para “recibir” el favor de Dios, escuchar y contemplar con “silencio receptivo”. Según san Ignacio de Antioquía, «vale más callar y ser, que hablar y no ser (...). Aquel que posee la palabra de Jesús puede también, de verdad, escuchar el silencio de Jesús».
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Fuente: evangeli.net