jueves, junio 04, 2015

Santa Nennoc de Ploërmel, Abadesa

Santa Nennoc de Ploërmel, Abadesa
Junio 4

Todo lo que de ella se sabe es legendario, y se obtiene por varias fuentes que luego veremos. Primero expongo la leyenda. Esta la hace la última de las hijas del rey San Brychan de Gales (6 de abril), al que las leyendas dotan de 12, 20, ó 24 hijos entre hombres y mujeres, según quien escriba, una de ellas, Santa Endelienta (29 de abril), de quien hablamos hace poco.
14 fueron en la leyenda de Nennoc. Su madre fue Moneduc, hija del rey Constantino Cornualles, descendiente del emperador  Julio César.

Estos reyes, luego que sus hijos abandonaron el mundo para dedicarse al claustro o la predicación del Evangelio, prometieron a Dios dar el 10% de todos sus bienes a los pobres si este les concedía un hijo más. Para esto, Brychan se retiró con varios sacerdotes al desierto durante 40 días para ayunar y orar. Allí construyó una ermita en una montaña, para impetrar la bendición divina.

La víspera del Domingo de Pascua, tuvo una visión en la que un ángel le reveló que su mujer concebiría una niña que llenaría su reino de alegría y atraería grandes bendiciones para Irlanda. Debía llamarse Nennoc (Nennocha, Cándida, Alba), por su pureza. Por otro lado, la madre recibió el mismo consuelo angélico. Nació la niña, a la que llamaron Nennoc , y fue bautizada por San Columbano de Iona (9 de junio). Los reyes la pusieron bajo la tutela de sus parientes Gurhentil, y su esposa Guenargant, que la educaron en todas las artes y saberes posibles. Además del saber, destacó en su piedad, su gusto por las cosas de Dios, el trabajo manual, la caridad.

Jamás perdió el tiempo en la ociosidad o juegos que la apartaran de la lectura, el trabajo o la oración.

A los 14 años volvió a Nennoc a la casa de su padre, hermosa en el cuerpo y las virtudes. Fue solicitada en matrimonio por un príncipe irlandés, a lo que su padre accedió contento. Montó un banquete el día de Año Nuevo, para que se conocieran los jóvenes, pero en medio de este, la joven le reveló su plan de consagrarse a Dios, eligiendo la mejor parte, como sus hermanos y hermanas habían hecho. Los padres dudaron, pues en ella tenían puestas las esperanzas del reino. La madre intentó presionar, pero la joven tuvo la ayuda de San Germán de Auxerre (31 de julio), que la había tratado mientras estaba con sus parientes, la apoyaba en su decisión de abrazar la vida religiosa, que Nennoc había tomado desde pequeña, gracias a la predicación del santo sobre las excelencias de la dedicación a Dios.

Nennoc deseaba imitar a las santas que lo habían dejado todo por Cristo, y quería retirarse a un sitio donde pasar su vida en oración, penitencia y caridad.

Dicho esto a sus padres, estos, que eran muy santos le dieron su permiso para consagrarse a Dios donde quisiera. Nennoc oró a Dios, y este le señaló que la quería en Bretaña, en una tierra que Él le señalaría. La despedida de la santa virgen fue todo un acontecimiento: San Patricio (17 de marzo) la bendijo, cuatro obispos, cientos de presbíteros y vírgenes que la acompañarían en su consagración, se embarcaron en siete navíos hacia Bretaña, donde atracaron en el puerto de Pullilfyn.

Allí San Germán había preparado su llegada, y la esperaba otra comitiva de prelados y monjes, encabezados por el duque Guerech, que donó a Nennoc un vasto territorio en Ploërmel, para que fundase su monasterio. Allí vivieron recogimiento santo, sirviendo a Dios con la oración, la penitencia y el estudio. Eran atendidas espiritualmente por un monasterio masculino, fundado con los hombres que la acompañaron en su viaje. De aquí salieron obispos y misioneros que, a su vez, fundarían en toda Bretaña.

Nennoc hizo varios milagros: ciegos, sordos, mudos, paralíticos, leprosos, niños moribundos, muertos resucitados, etc., hallaban consuelo cuando invocaban su auxilio. y fuerza a los que habían sido paralizados. También multiplicó cosechas de maíz en más de una ocasión, para alimentar a los pobres de la región de Kemene Thebone. En otra ocasión hizo rebosar de pescados las redes de los pescadores. 

El milagro de la cierva.Este otro portento lo narro aparte, porque trae cola. Es un milagro que se lee de cien y un santo más: Estaban las monjas, los presbíteros y los obispos cantando los oficios divinos, cuando una cierva, perseguida por unos cazadores y perros, se metió en la iglesia, llegando hasta la santa y refugiándose bajo sus pies. Los perros se detuvieron a la entrada del templo, pero el duque Guerech entró y viendo a la cierva allí echada, supo de la gran santidad de Nennoc, tomándole afecto desde entonces y dotando al monasterio de riquezas, y privilegios, así como los beneficios económicos de toda la parroquia y pueblos de Ploërmel. Ella agradeció orando toda su vida por el duque. Su sucesor Gurkentel confirmó los privilegios y elevó el monasterio a abadía, por lo que Nennoc pasó a ser madre de varios monasterios y granjas que le rendían obediencia. El documento de confimación de privilegios data de 458.

Después de una vida entregada a Cristo, Nennoc murió el 4 de junio de 467 (siempre según la leyenda). 

¿Y qué podemos saber de Nennoc, realmente?El primer vestigio de su culto es del siglo XII, o sea unos 700 años después de su supuesta muerte, cuando aparece mencionada en una letanía litúrgica de santos bretones. Su "vita" fue escrita en este mismo siglo, por Gurheden monje de la abadía de Santa Cruz de Quimperle, que afirma confiar en documentos escritos poco después de su muerte, pero que no existen actualmente. A esta “vita” le acompaña una sospechosa defensa de los privilegios de la abadía, basándose en la serie de donaciones que hicieron los gobernantes, y como principio da el portento de la cierva. Está claro que es un invento, para justificar el origen sagrado de las propiedades monásticas.

Algunos historiadores no conceden valor ninguno a esta "vita", mientras que otros creen que no contiene nada irrazonable y que pudiera ser válida, como San Alberto Magno (15 de noviembre), que la tenía por historia pura y dura. La verdad es que es complicado, por las incongruencias que tiene, como hacerla bautizada por San Columbano, que vivió lo menos 100 años después de la época en que la pone la leyenda.

Los Bollandistas dedican más espacio a derribar la leyenda con documentos históricos, que a contar aquella, la cual ponen por tierra, aunque señalan su génesis en el siglo VIII. La mayoría consideran que Nennoc en realidad era un hombre, que a principios de la Edad Media llegó desde Gales a Bretaña y fundó un monasterio cerca de Ploërmel (de esto sí han constancias mínimas, pero fiables).

Más tarde, el monasterio se transformó en un monasterio de mujeres, y para aumentar su importancia y dar fiabilidad a sus orígenes, se inventó una biografía del legendario San Nennoc, transformado en una mujer. El hagiógrafo Farmer, inglés, encuentra puntos fiables históricamente, en un tal Nennoche, que nació alrededor de 403, hijo de un príncipe de Gales y fundó un monasterio en Ploërmel, donde realmente existen las ruinas de una iglesia y edificaciones monásticas de los siglos V-VI.

Esto es todo lo que se sabe de Nennoc, o sea, nada. Butler también se hace eco de esta versión, desmontando la leyenda, pero dándole un origen bretón al santo, varón, fundador del monasterio y poniendo su cronología en el siglo VI. No ha de extrañarnos este desdoble de sexo, también está el caso de su padre San/Santa Brychan (también Brechan, Brochan, Brecknock), que a veces se señala con el adjetivo "dinam", o sea, "virgen", en bretón; causando confusión en si es un hombre o una mujer.

La parroquia de Scaër, está consagrada a su memoria. En Rosporden, distrito de Quimper, la iglesia del siglo XVI está dedicada a San Cándido, que tiene una vida muy parecida a la de Nennoc (Cándida), pero en masculino. En Lannénec hay una fuente con aguas milagrosas, cuyo origen se remonta a la época romana. Su agua se usa para llevar a las embarazadas, para sanar los ojos y las enfermedades intestinales, las fiebres y otros males. Se acostumbraba a meter en ella a los niños con cólicos y creyendo que si al contacto con el agua estiraban las piernas, entonces sobrevivirían; y si las encogían, entonces morirían.
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Fuentes:
-"Vidas de los Santos". Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD.
-http://omniumsanctorumhibernae.blogspot.com.es.
-“Welsh Classical Dictionary”. PETER BARTRUM . National Library of Wales, 1993.
-"The Oxford Dictionary of Saints. DAVID HUG FARMER. Oxford, 2004.

Tomado de: preguntasantoral.blogspot.com.es

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